miércoles, 30 de septiembre de 2009

BA


Llevo mas de dos años trabajando en esta zona, ya aprendí a vivir aqui, todos los días camino por sus calles tranquilas, los viernes por la mañana aún huele a cantina y no faltan las banquetas vomitadas, aún asi, este lugar conserva su toque, con sus hostales, sus anticuarios, sus cafés, galerías, museos, el corredor del domingo, sus calles estrechas, un cúmulo infinito de historias, dan ganas de escribir un cuento o una novela acerca de este lugar, o de filmar un corto, medio o largometraje.

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